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domingo, 28 de noviembre de 2010

Película: Buried - “Enterrado”


Tenía curiosidad por ver esta cinta, por los comentarios que se difundieron antes de su estreno y por ver qué era capaz de hacerse con un bajo presupuesto. Lo cierto es que la expectativa que despertó en mi esta película se vio gratamente colmada con hora y media de tensión, angustia, intriga y una maestría en mezclar todos estos elementos.

Rodrigo Cortés, un director novel, desconocido para el gran público (entre le que me incluyo, claro está), ha sido capaz de ponerse a la altura de maestros de la intriga y el suspense como el gran Alfred Hitchcock (habrá que ver, esos sí, cómo evoluciona su carrera). Me gusta cómo crea el ambiente propicio para tenerte en tensión y sentir cierta angustia desde el mismo inicio del film. Una puesta en escena sobria, cruda, sin llegar a resultar pobre o cutre, carente de decorados, de ambientaciones, de escenarios que acompañen la trama. Un único personaje central, una única cara, pero varios personajes que completan la intriga, a los que no se les pone rostro visible, pero que uno va trazando sutilmente en su cabeza hasta el final de la película. Todos estos elementos, que pudieran resultar desalentadores desde un principio, son los que le permiten construir una historia, que aunque empieza lentamente, toma sentido y gana en emoción con el transcurrir de los minutos.
La historia gira en torno a Paul Conroy, contratista americano desplazado a Irak para labores de apoyo a las fuerzas militares norteamericanas allí desplazadas, pero de índole no militar. Paul es secuestrado y enterrado vivo con un teléfono móvil, y a partir de aquí se desarrolla la trama, donde el protagonista trata de averiguar los motivos de encontrare en esa situación y sus posibilidades de sobrevivir. La historia resulta estremecedora desde el principio, y cuesta imaginarse cómo de tan poco se puede sacar una historia. Pero he ahí la maestría de un buen director: sacar una historia de una anécdota. Y vaya si lo logra. Es capaz de mantenerte enganchado a la pantalla, en un primer momento para descubrir qué está pasando, lo cual da paso a nuevas preguntas como el porqué de que le pase eso, y sobre todo, el desenlace que tendrá.

A lo largo de la trama, se consigue crear una empatía con el personaje, que culmina con el final de la película. Historia llena de emotividad, de intriga, angustia, rabia y esperanza. Una mezcla de emociones en torno a un marco actual en el que se desarrolla la trama, que nos hace cuestionarnos ciertos aspectos de la política actual, sin pretender ser una clara confrontación a los grandes mandatarios del mundo, ni una crítica política.
Quizás a alguno de vosotros, al ver el trailer, le haya sonado la historia. Es cierto que hay un capítulo de CSI Las Vegas que recuerda mucho esta historia, y que, por cierto, no puedo dejar de recomendar. Pero aquel capítulo, obra del maestro Tarantino, entronca con la propia trama de la serie CSI, lo cual es partir con ventaja, y se nutre de unos personajes más que forjados en la serie, que facilitan el devenir de la historia. No obstante, lo único que empareja esta película con aquel capítulo es la tensión creada en ambos casos, pues las historias y el desarrollo de las mismas difiere bastante en ambos casos.

Hacía tiempo que no veía un film tan bien hilado, capaz de crear una historia y un suspense a partir de tan poco. Y quizás ese sea su secreto, pues a veces lo simple no lo es tanto.

Verdadero mérito el de Rodrigo Cortés, y el de los productores que confiaron en él. Eso si, si padeces de claustrofobia, quizás debes armarte de valor para verla. En todo caso, mejor verla y juzgar. Siempre he preferido forjar mis opiniones en base a hechos, que hacerlo con opiniones de los demás.

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